PROHIBIDO BLASFEMAR
Esta casa de indianos en Buelles, Peñamellera Baja, ha tenido dos vidas muy diferentes.
La segunda comenzó en los años cincuenta del pasado siglo cuando fue adquirida a los descendientes del indiano.
ANTIGUO BAR TIENDA EN BUELLES
La nueva familia propietaria instaló en los bajos de la casa este bar-tienda que estuvo en funcionamiento hasta hace poco.
No solamente daba servicio a los vecinos de la zona, si no que aprovechaba su buena situación al borde de la N-621, que baja de Unquera hacia Panes, para disfrutar de una gran actividad.
Confieso mi debilidad por estos locales, de los cuales van quedando menos con la despoblación del área rural.
Sus dueños ya no pueden atenderlo pero lo mantienen limpio y recogido. Siguen viviendo en el edificio y no tienen inconveniente en enseñarlo cuando alguien se acerca por allí.
Y es que es muy fotogénico si te gustan estos sitios, a pesar de estar vacíos.
Los mostradores y las estanterías son de madera de castaño y, sobre una de ellas, hay un cartel que reza así: “LA BLASFEMIA es una confesión vergonzosa de cobardía e impotencia, castigada por Dios y las Autoridades. El hombre valiente no blasfema nunca”.
Llama la atención el pequeño reservado para la caja y los libros de cuentas, en un lado del negocio, y la elegancia de sus mesas y sillas sobre un suelo de baldosa de exterior, como a prueba de desgastes.
CASA DE INDIANOS EN BUELLES, PEÑAMELLERA BAJA
Sin embargo, la razón de ser de esta gran casona se debe al indiano Florencio Milera, quien encargó su construcción en 1912 en su pueblo natal de Buelles, en el concejo de Peñamellera Baja.
Como curiosidad, al otro lado de la carretera y en el mismo pueblo, el indiano Florencio Milera construyó tres casas iguales y contiguas para sus tres hermanas
Ya ves, cuando nos ponemos a prohibir no hay quien nos gane. Un saludo
Que sabiduría tenían antiguamente. Un saludo.
Alberto