CAPILLAS INDIANAS

Las duras condiciones de vida impuestas por la emigración, hicieron del indiano persona poco afecta a la religión.

Más que en lo divino, el indiano creyó en el valor del esfuerzo hasta la extenuación, en lo material frente a lo espiritual, en el hombre hecho a sí mismo sin otra ayuda que su trabajo.

Sin embargo, su ascenso social hasta llegar a formar parte de la burguesía, le llevó a respetar las formas externas y protocolarías del cristianismo como una parte más de su nueva condición.

Es evidente que, en su labor filantrópica, los indianos favorecieron las obras de tipo civil, mucho mayor en número, frente a las de carácter religioso.

De puertas para adentro, algunos indianos construyeron capillas o habilitaron oratorios en sus nuevas residencias, aunque fueron minoría.

Aquí van algunos ejemplos:

Capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe en la casa de Iñigo Noriega en Colombres, concejo de Ribadedeva.

Capilla de San Juan en Villa Carmen, Villar de Luarca, concejo de Valdés, casa que tuvo dos propietarios indianos diferentes.

Oratorio en el Palacio Arias, en la capital del concejo de Navia.

Una de las más grandes capillas encargadas por indianos, en Villa Santa Julita, Grado.

Sencillo oratorio en La Atalaya de Ribadesella.

Esta capilla de estilo neogótico pertenece a Villa Argentina, Villar de Luarca, concejo de Valdés.

Por último, la capilla adosada al palacio de Garaña, feudo del indiano Ramón Argüelles, primer marques de Argüelles, en Garaña, concejo de Llanes.