AYER EN ALLER
Este título es un poco de listillo, pero el otro era aún peor: “Platero y yo”. Es cierto que ayer estuve en el concejo de Aller, en un hermoso lugar.
Había ido a fotografiar un palacio que está en Vega de Aller. El palacio no es gran cosa, pero tuve dos buenos momentos. El primero fue volver a esta zona de Asturias después de un tiempo. Había estado mucho por aquí cuando trabajaba en los libros Asturias, Patrimonio Industrial y Asturias, Paisaje Industrial.
Creo que todos, incluidos los asturianos, tenemos una imagen de estos concejos del centro de la región unida exclusivamente a la explotación minera, la industria y sus desagradables efectos secundarios sobre el paisaje. Pero estas zonas conservan una gran belleza, con enormes extensiones de bosques de robles y castaños, y pueblos preciosos en las laderas de sus montañas.
Decía que el palacio no es gran cosa, pero me llamó la atención la pequeña iglesia situada a sus pies, abriéndose como un balcón hacia un tupido bosque, todo ello en medio de la luz del atardecer y de un burro atado en su entrada.
Se trata de la iglesia de San Martín de Vega, de la que ya se tiene constancia de su existencia en el año 900, casi nada. Me encantó su campanario de madera, su pórtico mirando al bosque, y su burro centinela.
Vega de Aller está al pie de la carretera AS-253 que va al Puerto de San Isidro, poco después de pasar Cabañaquinta.
Nota: las fotos son de la iglesia salvo una, que es de uno de los escudos del palacio, un poco amenazante.
ÚLTIMOS COMENTARIOS