
A LOS CONFINES DE LA TIERRA
Salieron de Libardón en busca de un futuro mejor, y si se descuidan dan la vuelta al mundo.
Los hermanos Manuel y José Toyos emigraron a Chile en 1876 con la intención de dedicarse a la agricultura pero, como el destino es caprichoso, tras ahorrar un dinero trabajando en el comercio, compraron unas tierras en las que descubrieron una mina de plata (Caracoles). Con las ganancias de esa explotación, adquirieron en 1879 la mina de cobre “Rosario del Llano” en Chuquicamata, donde hoy está la mayor mina del mundo a cielo abierto, que les acabó expropiando el Gobierno chileno.
Manuel Toyos fue a su vez fundador y presidente de la Sociedad Progreso de Libardón. Entre sus logros se cuenta la construcción de la escuela (de la que te hablé el otro día), y la implantación en Libardón de una especie de Seguridad Social mediante la cual los vecinos pagaban un dinero durante el año para tener acceso a los servicios médicos y las medicinas.
En esta foto de 1914 puedes ver al fondo la escuela, la casa del médico en el centro, y el chalé de Manuel Toyos en primer plano.
Construido a finales del XIX, la casa es bastante modesta en proporción a la fortuna de su propietario aunque, más allá de las palmeras, guarda todo ese encanto a veces inocente que admiramos en las casas de indianos.
Manuel Toyos murió en 1909. De la importancia de su figura da cuenta “El Heraldo de España”, periódico español que se publicaba en Chile, y que destacó la noticia en portada:
«La colonia española está de duelo. Don Manuel Toyos Ruidíaz ha fallecido en Libardón (Asturias) del 11 al 12 del Actual» (Noviembre de 1909). «Cuando gozaba del producto de su trabajo heroico, tan heroico como los triunfos de Pelayo (…) la vida de un santo, la vida de un humanista, la vida de un gran bienhechor popular». «Ha muerto en aquel pueblo cuna de doscientos trabajadores que en Chile engrandecen a España; en aquel rincón de Asturias que tantos filántropos produjera”
Pues la casa tiene su encanto, no es imponente como otras que conocemos y quizás no sea proporcional a la fortuna del propietario, pero quizás precisamente nos demuestra que el Sr Toyos era sencillo en sus gustos y en su vida, además de generoso en sus actos hacia los demás.
La «dedicatoria» de los chilenos a su muerte dice también mucho de su persona y del cariño que le tenían.
Por cierto, en la foto de 1914 alguien se asoma a la ventana. ¿ De la Familia Toyos o ya se habría vendido la casa a terceros?
Paloma, por los pocos testimonios que conocemos, parece que Manuel Toyos fue un hombre preocupado por los demás que puso en marcha muchas iniciativas benéficas. Sobre la foto, aunque él ya había muerto en esa fecha, supongo que aún era propiedad de la familia.
Muy interesante, una vida de indiano en toda regla. Es cierto que sorprende el tamaño de la casa en comparación de la fortuna (que presupongo inmensa). Sin embargo tiene mucho exotismo y gracia, con la crestería de los tejados y sobre todo con esas carpinterías. Muy bonito también el panteón, y muy significativo. Como bien dijo Manrique «…que a papas, emperadores y prelados, así los trata la muerte, como a pobres pastores de ganados». ¡Gracias!
Gracias Martín. si todas las vidas de indianos tuvieron ese componente de aventura, algunas lo parecen mucho más, como es el caso de Manuel Toyos.